CARROCERIAS CORREDOR

Acudí a este taller por un golpe de chapa por recomendación de mi seguro. En ese momento pensaba que seguir la recomendación del seguro me aseguraría la calidad en la reparación (lo denominan taller garantizado). Por lo visto me equivocaba. El golpe consistía en una marca en una puerta trasera provocado por un portazo mientras estaba aparcado en batería. No era demasiado pero como el coche tenía apenas unos meses de antigüedad me decidí a arreglarlo. Recogí el coche al día siguiente. Me lo entregaron lavado y el resultado de la reparación parecía bueno. El trato fue correcto y me fui. Sin embargo al revisar en detalle la reparación con más luz los errores eran numerosos. Para empezar la pintura tenía aguas, presentaba numerosas motas de polvo y había zonas sin pintar por un mal encintado. Seguimos.. el panel interior de la puerta no encajaba correctamente, había plásticos marcados al hacer palanca con un destornillador y los marcos interiores de la zona superior de la puerta estaban rayados. Estaba claro que nadie había revisado el trabajo antes de entregar el vehículo. Volví al taller y se lo comuniqué a la persona que me había antendido. Reconoció que la pintura tenía aguas y se excusó diciendo que dentro del taller no tienen luz suficiente para apreciarlo. Sobre las motas de polvo dijo que era algo inevitable. Cuando le pregunté si tenían cabina de pintura me dijo que sí, que tenían dos. En realidad podrían tener doscientas, pero lo cierto es que las motas de polvo estaban allí. Se ofreció a repetir el trabajo y reparar el daño causado, pero yo necesitaba un coche de sustitución que no tenían en ese momento (un coche con fijaciones isofix para silla de bebé) así que acordamos que me llamarían cuando tuvieran uno disponible. Al no tener noticias, a las dos semanas llamé por teléfono. Se disculparon por no haberme contactado aún alegando que no tenían un coche disponible y me dijeron que me llamarían sin falta la semana siguiente. No lo hicieron. Dos semanas después me llamaron diciendo que llevara el coche para proceder a la reparación. Al día siguiente pasé a dejar el vehículo. Cuando llegué había aparcados cuatro (sí, cuatro...) coches de sustitución y me asignaron uno. Me hicieron firmar un papel con la hora de recogida para remitirme las posible sanciones de tráfico y en el que me hacían responsable de cualquier daño que provocara al vehículo y marcaron el nivel del depósito de gasolina indicando que en caso de no rellenarlo me cobrarían 100 euros. Pasamos a ver el coche. Era un Seat Córdoba. El estado de chapa era lamentable. El paragolpes delantero estaba atado con una brida de plástico. Le indico que es absurdo firmar un papel en el que me responsabilizo del estado de un coche así. Al día siguiente me llaman para que vaya a recoger el coche y cuando llego se ofrecen a revisar conmigo la reparación. El coche está sin lavar. La pintura ya no presenta aguas y aunque hay alguna mota de polvo el resultado es algo mejor. Sin embargo la reparación del marco interior la han hecho con el típico pincel cutre que venden en los concesionarios y no parece profesional. Se lo hago saber. Levanta los hombros y calla. Sigo revisando. Los plásticos interiores están más marcados aún. Sigue alegando que eso es inevitable. Y sigo revisando.. las gomas interiores presentan pequeños roces. Me dice que eso no han sido ellos. Le invito a revisar la otra puerta y le pregunto cómo es posible que una puerta está perfecta y la otra, la que han tocado ellos, tenga todos esos daños y aún así no lo quieran reconocer. Levanta los hombros se calla y se va sin decir nada. La situación es absurda y decido que ganaré más reclamando a mi seguro (Pelayo) la garantía de un taller que supuestamente garantizan. Y en ello estoy. Edito: Al día siguiente, con el coche aparcado al sol, me encuentro con esto: La igualación del color es nefasta. El taller se excusa diciendo que es el código de color que venía en el coche. Pero que si quiero que lo lleve otra vez y así me arreglan (estropean) el coche un poco más.